miércoles, 18 de febrero de 2009

La crisis y el miedo (I)

En los últimos días, en charlas con amigos, me he topado con asuntos de debate sobre la crisis que generan opiniones encontradas. Las personas con las que los he tratado tienen puestos directivos o los han tenido (alguno de ellos está ahora sin trabajo, dándose cabezazos con la realidad de la letra mensual de la hipoteca) y los tengo como muy competentes en sus respectivos trabajos.

Vayamos por partes, como diría Jack el Destripador (o Dexter).

1 Abaratamiento del despido:

Esta medida la han pedido los representantes de los empresarios. No es necesario decir que es una medida muy impopular ahora mismo. Siendo honesto, me resulta muy difícil defenderla ante amigos que llevan trabajando bastantes años en una empresa y ven en peligro su puesto, viéndose en la calle si la empresa puede permitirse pagar la indemnización por despido. Puede ser mi caso o el de cualquier otro. Sin embargo es una medida que defiendo normalmente como teoría general: las empresas tienen que redimensionarse para volver a crecer, innovar y explorar nuevos mercados o nichos dentro de los mismos. Siempre sin olvidar la función de la empresa: satisfacer las necesidades de sus clientes o posibles clientes. Creando nuevas necesidades, aplicando la teoría de los incentivos y siendo eficientes en la satisfacción de los gustos de sus verdaderos "amos", los clientes. Mantener puestos de trabajo que son improductivos (no tienen por qué ser siempre improductivos, el espacio y el tiempo influyen como factores decisivos) sólo lleva a la inefciencia, a la pérdida de cuota de mercado, a la quiebra en definitiva. Considerado desde un punto de vista macroeconómico, mantener puestos de trabajo de formas artificial, sin tener en cuenta el punto de vista del mercado donde se evalúa, mediante el precio (el informador decisivo), cómo lo estamos haciendo es la receta perfecta para la profundización en la crisis, en el paro y en la ruina.
Ahora bien, ¿cómo defender esto ante un amigo que está a punto de perder su trabajo y que quizás no lo pierde porque a su empresa no le sale a cuenta pagar la indemnización? Es muy difícil. Simplemente, basta con ponerse en su caso.
Quizás, esta medida habría que haberla propuesto en momentos de bonanza económica. ¿Por qué? Pues porque, con el sistema actual en España, se iría más gente a la calle, más gente cobrando la prestación de desempleo y por lo tanto, más gasto público. O sea, más déficit público.
Preparémonos para una subida de impuestos. Los sinvergüenzas del gobierno, por decirlo de una forma educada, nos intentan convencer de que el estado tiene una capacidad ilimitada de gastar dinero. Pero vamos a ver, ¿de dónde sale ese dinero? Del sector privado, de todos nosotros.
Montoro dijo el otro día que no se podía abaratar el despido ahora mismo, que provocaría miedo en la población y que generaría una caída mayor del consumo, etc... Puede ser. Pero tal vez la disyuntiva esté entre una salida de la crisis a corto plazo y de forma eficiente o bien una crisis más larga y al final de ella con una economía con las mismas ineficiencias y rigideces que siempre.
Desde luego, en España estamos hablando de este segundo caso. Eso sí, con los socialistas en el poder. Porque, no hay que engañarse, la crisis no le va a costar votos al PSOE. Yo creo, bien al contrario, que los socialistas están encantados con la situación porque van a tener a una gran parte de la población dependiendo directamente de ellos. La masa engatusada y tutelada con la que sueña cualquier partido de izquierdas. El ejemplo más actual que se me ocurre es el de Venezuela y uno clásico, Andalucía. Por supuesto, ellos, los amos, viviendo como señores a costa de los demás. En España, no hay nada como pertenecer a la casta de la "hoz y el Martini".
Otro efecto indeseado es que la oposición no se atreve a proponer las medidas que serían necesarias, sino que se limita a criticar vagamente al gobierno, pero manteniendo una preocupante indefinición en cuanto a las medidas. Muy en la línea del actual PP: cobardía, inanidad, ridículo.
O se trata todo el tema como un problema estructural o se va todo al infierno. Con ZP y su banda de embusteros manipuladores, todo al infierno. Por ejemplo, la gente no tendría tanto miedo a perder su trabajo si hubiera podido ahorrar en el pasado. La tasa de ahorro española es la más baja de la Unión Europea y la previsión para el futuro, con todo este despilfarro de dinero público (que no es de nadie, como dijo Carmen Calvo), y la segura subida de impuestos, las perspectivas no pueden ser más negras. Soy pesimista...

JS

P.S. Yo creo que este dato es el más impresionante que he oído en mucho tiempo.

1 comentario:

Augie March dijo...

Abaratar el despido. Todos temos claro que, unido a abaratar la contratación, es la ÚNICA medida a tomar. Voy a poner el ejemplo de unos amigos empresarios.

Tienen 6 empleados. Este verano pasado tuvieron que contratar temporalmente a otras 6 personas para un megaproyecto. Llevan apenas 3 años y están trabajando muy duro, dándolo todo por su sueño.

El cliente de ése, uno de sus mayores proyectos, les llamo en Octubre: "No os voy a pagar porque no tengo un chavo". Y su disyuntiva es: bueno, capitalizamos con nuestros ahorros para seguir y esperar que amaine o nos sobran 3 personas a las que, dejando al margen el cariño que profesamos, tenemos que indemnizar generosamente en el caso de despedirlas.

Se trata de una PYME y se trata de despedir para no cerrar. Creo que es un ejemplo más de que el Estado es el problema y no la solución.

Por cierto, ¿sabe Lobatón dónde están los de los sindicatos?